Wednesday, March 05, 2008

Una exposición de un artista español aborda en China el tema de la muerte.

El artista plástico español Miguel Villarino acaba de iniciar su primera exposición individual en China abordando, con un lenguaje muy directo, el tema de la muerte, que en el país asiático no es un tabú tan dramático como en Occidente, pero toma tintes de superstición.
Villarino (Morales de Rey, Zamora, 1959) se ocupa de este tema en parte de una muestra, "Obras sobre papel. 1993-2008", organizada por la galería de arte española "Espacio Versátil", de Shanghai, ubicada en Taikang Lu, uno de los antiguos "xiao qu", o vecindarios, rehabilitados para albergar barrios artísticos de moda en la ciudad.
Entre las piezas, expuestas hasta el 14 de abril, hay cinco xilografías y un aguatinta de su serie "Exodus Vitae" (1993), término latino que significa "salida de la vida", que se utiliza en los hospitales para designar a las personas fallecidas, según explicó a Efe el autor.
En 1993 un hijo del artista, recién nacido, tuvo que ser ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital madrileño, donde permaneció de manera intermitente durante dos años, lo que causó tal impresión al pintor que acabó solicitando trabajar de celador, "después de mucho insistir", en el mismo hospital.
"Allí elegí los sitios más duros para ver, con la mirada de artista, si se puede decir: lugares extremos como las zonas de urgencias, la UVI, el mortuorio", explicó. "De ahí salió esta serie trabajada sólo en blanco y negro, dos colores extremos, despejada de todo artificio, que para mí fue un renacer en mi trabajo plástico".
Junto con estas seis piezas de un lenguaje muy simplificado, en las que aparecen series de esquemáticos cuerpos amortajados, la exposición se completa con otros seis dibujos originales y cuatro xilografías a color de su trilogía "El ajedrez y el tiempo".
Al público chino "es más fácil que les entre el color", en comparación con las obras de "Exitus Vitae", reconoció la galerista organizadora de la muestra, Patricia Portillo.
Además está la dificultad que pueden experimentar algunos visitantes chinos ante una exposición tan directa del tema de la muerte, cuya presencia en la galería es toda una apuesta, en un país que tiende a evitar el número cuatro sólo porque se pronuncia en chino igual que esa palabra tabú.
Sin embargo, para algunos "el hecho de que esté pintando muertos no es algo tan importante", dijo a Efe el pintor Han Yuguang tras visitar la exposición. "Lo interesante es su manera de presentar esa idea, con un lenguaje muy puro, muy perfecto, un lenguaje simbólico y absoluto", precisó.
"Además presenta la idea de manera muy expresiva, sólo con blanco y negro, como en una dualidad entre la vida y la muerte, parecida a los opuestos de los principios chinos del 'yin' y el 'yang' del taoísmo", indicó. "Hay un vínculo cultural que nos hace más fácil entendernos".
Fuente: EFE

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